Con emoción y orgullo, los trabajadores de Campus Lima, Luis Flores, Carola Tueros, Eliana Gonzales y Julio Hernández recibieron la medalla de la UDEP, en reconocimiento por sus 25 años de servicio.
Por Gianfranco Quispe Alarcón. 03 octubre, 2022.
Los cuatro trabajadores de Campus Lima, distinguidos con la Medalla de la Universidad de Piura, estuvieron acompañados por familiares, amigos, colegas. La ceremonia la presidieron el rector, Antonio Abruña; y el vicerrector de Campus Lima, César Calvo.
Antes de la ceremonia, el padre Juan Armas, capellán coordinador del campus, celebró una Misa de Acción de Gracias. En su homilía, felicitó a los agasajados y les recordó el mensaje de San Josemaría Escrivá de vivir una vida santificada a través de un trabajo bien hecho en la universidad.
Los distinguidos fueron las profesoras de la Facultad de Humanidades, Carola Tueros Salazar y Eliana Gonzales Cruz; el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Julio Hernández Pajares, y el secretario académico del programa académico de Ingeniería Industrial y de Sistemas de Campus Lima, Luis Flores Caucha.
La entrega de medallas
La ceremonia inició con la presentación del video institucional por los 25 años de servicio en la Universidad de Piura. El ambiente se llenó de vítores y aplausos cuando se mostró en el video a los homenajeados realizando sus labores diarias en el campus.
Luego, el vicerrector de Campus Lima, el doctor Calvo, dedicó unas palabras para felicitar a los homenajeados, por sus Bodas de Plata en la Universidad de Piura.
Sorpresa para los homenajeados
Antes de recibir sus medallas, cada homenajeado se emocionó al ver un video con mensajes de su familia, amigos y compañeros de trabajo, quienes compartieron anécdotas divertidas, experiencias de vida y expresaron todo el respeto y cariño que sienten por los destacados profesionales.
Tras la imposición de cada medalla, a cargo del rector, el homenajeado dirigió breves palabras de agradecimiento.
El secretario académico, Luis Flores –quien inició sus labores en 1994– recordó sus inicios en campus Piura como investigador y destacó momentos memorables como su expedición a la Antártida peruana y cuando pasaron de los ‘memos’ en papel a la comunicación por correo electrónico, esta idea de adaptarse se repetiría en la pandemia.
“Tuvimos que adaptar todas las actividades de trabajo presencial al modo virtual, tratando de mantener la calidad en la educación (…) Gracias a Dios, a la Santísima Virgen, a la ayuda de nuestro fundador San Josemaría; hemos regresado con alegría a las actividades presenciales. La universidad significa para mí, más que un trabajo, una forma de vivir tratando de estar cerca de Dios”, precisó, con vos quebrantada por la emoción.
A su turno, la profesora Tueros contó su historia en la universidad y cómo esta llegó a convertirse en su segunda familia. Recordó su ingreso a la UDEP en 1994 y su recorrido en ella, primero como apoyo en las áreas de Promoción, Relaciones Públicas y en la Escuela Tecnológica Superior; después su trabajo en la Facultad de Ingeniería, hasta que la doctora Luz González la anima a ir a la Facultad de Humanidades, con la promesa de que la labor de un profesor es trascendente, pues deja huella. “Ese es el mensaje de la Universidad de Piura, dejar huella; y nosotros somos los transmisores de esa huella”, dijo Carola.
Comentó también que este día era muy importante pues era, además, el cumpleaños de su hijo. “Quiero agradecer a Dios, a la Virgen y a todos ustedes que hacen del mundo un lugar mejor. Creo firmemente que cuando uno da el alma y el corazón en el trabajo bien hecho puede transformar vidas y transformar el mundo”, subrayó la profesora.
En su momento, la profesora Eliana Gonzales habló acerca de su experiencia: “Mi recorrido ha sido largo, a veces ligero, otras veces pesado; pero siempre con ese deseo de hacer las cosas bien que aprendí en mi casa, con mi familia y que en la Universidad de Piura descubrí que era buscar la santidad por medio del trabajo”, relató.
Citando a Cicerón, dijo de la gratitud <<No es solo la más grande de las virtudes, sino que engendra las demás>>, y explicó que esta es individual cuando se aprecia lo que se tiene y un beneficio social cuando nos vinculamos armónicamente con los demás. “Agradezco a la Universidad de Piura porque me ha permitido este doble beneficio desde aquella mañana el 4 de enero de 1995 en que empecé a trabajar”, recordó.
Posteriormente, el profesor Julio Hernández, destacó el hecho de haber trabajado en ambos campus y ver su desarrollo. “Recuerdo con nostalgia las reuniones con los profesores bajo los algarrobos de Piura y luego cuando desarrollamos la facultad aquí en la capital. Quiero agradecer a mis padres, hermanos, mi esposa y el cálido apoyo de mis hijos”, precisó.
Asimismo, recordó unas palabras de San Josemaría: <<Sois servidores de la ciencia, pues dedican su vida a desentrañar sus riquezas, pero además la tradición cultural del cristianismo que brinda a sus tareas plenitud humana y que luego trasmiten a los estudiantes con generosidad, en la alegre labor del magisterio que es forja de hombres>>.
Antes del compartir con los invitados, el rector cerró la ceremonia con el recuerdo de pequeñas anécdotas amenas con los homenajeados, a quienes les agradeció por su tiempo de servicio. Resaltó la importancia de su constancia, más que de su permanencia en la universidad. “Permanencia y constancia parecen sinónimos, pero no lo son. La permanencia puede ser pasiva, puede resultar acomodaticia o conformista. La constancia es esforzada, generosa, creativa. La constancia implica una confianza en que el esfuerzo de hoy se sume al de ayer, pero también al de mañana. Por eso la universidad ha podido cambiar tanto en los últimos años.” enfatizó el rector.
Mira la galería de la misa aquí y de la ceremonia de entrega en el siguiente enlace.
Última modificación de la nota: jueves 6 de octubre a las 17:39.
